Salgo de Ponferrada a las 6,45, con el regusto todavia de la cena del casino y de inmediato entro en los terrenos que Endesa tiene en el pueblo. Son casas, campos deportivos y parques de esta compania para sus trabajadores. Voy solo, calentando motores pues Emilio decide quedarse en la cama. Hoy no lo vere hasta quye llegue a Vega de Valcarce. El camino hasta Cacabelos esta salpicado de cerezos, que aunque las cerezas estan todavia un poco verdes, de vez en cuando aparece alguna comestible y eso me va entreteniendo. Paso por el pueblo del famoso zapatero que viene en la guia. Emilio queria llegarse porque tenia problemas en las botas. Yo paso de largo y por un camino de buen piso y contiunuos repechones llego a Villafranca. Han sido 4 horas para un recorrido de 22,5 kilometros. Voy como una moto, cada vez mejor y ya ni la mochila me pesa. Villafranca es una ciudad monumental, pero llevo prisa y veo los monumentos solo por fuera. Luego me arrepiento pero algunos años despues la volvi a visitar ahora con mucho mas tiempo. Lo que si visito es el albergue del famoso Jato. La noche anterior estuvo aqui el famoso escritor brasileño Paulo Coelho y quiero que me sellen la credencial. Que trabajico costo. Habia un autobus de jubilados alemanes haciendo gasto en los recuerdos que vendian y a mi un pobre peregrino, cargado con la mochila, pues ni caso. Un detalle que dice muy poco del hospitalero. Eso si el albergue esta junto al castillo y a 20 metros de la iglesia de Santiago, con su puerta del perdon tan maravillosa.
A la salida de Villafranca, la guia ofrece dos alternativas en el camino, ir por la carretera o por el monte. Me decido por la carretera y me arrepenti pronto. Que horror. fueron 17 kilometros insoportables. Entre los camiones, las obras con su polvo, el densisimo trafico y sobretodo, el ruido, este tramo se me hizo insoportable. Pare a comer en Pereje, junto a una acequia con agua muy fria, unas cervezas, patatillas y el fiambre que habia comprado en Villafranca. Meti los pies en la acequia y se me quedaron helados, pero me los descansasron bastante. Por fin llego a una gasolinera con restaurante en el cruce de la nacional con la carretera de Vega de Valcarce y alli, esperando la llamada de mi mujer a las 15 horas, me tomo, de unas maquinas espendedoras unas de las mejores cervezas de las que mejor recuerdo tengo. Que placer. Ademas, los indicadores decian que Vega estaba a 2 kilometros, que quedaba poco. Reanudada la marcha a mi me parecieron muchos mas.
Por fin una hora despues llego al albergue. Son unas antiguas escuelas del pueblo. Me encuentro las aulas de abajo atestadas y las de arriba peor, pero curioseando, doblo una esquina, subo unas escaleras y me encuentro un aula con mas de diez camas, solo con un peregrino, un jubilado madrileño, con un infarto, que se me enrolla de mala manera. Tomo posesion de mi cama, descanso algo, veo el giro y al bajar me encuentro con Emilio, al que subo a mi habitacion y me cuenta que el ha venido por el monte y que ha sido muy duro, que viene reventado. Total que las dos opciones eran malas. Llegan dos brasileños y otra pareja y nadie mas. Asi que dormiremos tranquilos esta noche, sin mucha gente. Yo por si acaso, sigo con mis tapones en los oidos.
Al baja, vemos a los vascos que llevan ya bastante rato aqui. Llegaron antes que nosotros, por lo que nos tenian que haber adelantado a alguno, o bien por la carrtera o por el monte. Si no nos adelantan y llegan antes, ¿vinieron volando? Nuestras sospechas crecen. Estos van en coche. Conocemos a Juan, de Madrid con el que cenaremos esta noche. Era un abogado ligon, muy agradable, simpatico y ademas conocia a un paisano, a Pistolo (¿Juan Cespedes?, del que era muy amigo. Total fue una cena muy agradable, viendo la final de la copa de Europa entre el Bayer de Munich y el Manchester, que gana el Bayer 2-1 con los 2 goles fuera del tiempo y que no vimos pues nos fuimos un poquillo antes. Paseamos por el pueblo. Hay una neblina que le da un aire misterioso y aislado a este pueblo. Es uno de mis lugares preferidos del todo el camino. Un pueblo aislado y perdido entre montañas, pero me fijo y veo en la cuneta un antiguo hito de carreteras y resulta que por aqui pasaba la antigua carretra nacional que iba a Galicia, que soportaba todo el trafico que padeci desde Villafranca. Que distinto seria entonces. Lo que puede hacer una carretera. Tambien, por encima del pueblo pudimos ver un gigantesco viaducto de las nuevas autovias de Galicia, aun en obras y pense, en lo chulo que seria ver el pueblo, el albergue y el castillo de Sarracino, que coronaba el pueblo, desde el viaducto. Lo pense para mi solamente y a la vuelta de Santiago se me cumplio el deseo de una manera sorprendente. Ya lo contare con mas detalle a la vuelta de Santiago.
Hoy han sido 40,2 kilometros de dura etapa. Estoy cansado pero feliz, echamos un trago en la fuente que hay junto al albergue (lo hare un par de veces mas, unos años despues) y a dormir, que mañana nos espera la etapa reina.
A la salida de Villafranca, la guia ofrece dos alternativas en el camino, ir por la carretera o por el monte. Me decido por la carretera y me arrepenti pronto. Que horror. fueron 17 kilometros insoportables. Entre los camiones, las obras con su polvo, el densisimo trafico y sobretodo, el ruido, este tramo se me hizo insoportable. Pare a comer en Pereje, junto a una acequia con agua muy fria, unas cervezas, patatillas y el fiambre que habia comprado en Villafranca. Meti los pies en la acequia y se me quedaron helados, pero me los descansasron bastante. Por fin llego a una gasolinera con restaurante en el cruce de la nacional con la carretera de Vega de Valcarce y alli, esperando la llamada de mi mujer a las 15 horas, me tomo, de unas maquinas espendedoras unas de las mejores cervezas de las que mejor recuerdo tengo. Que placer. Ademas, los indicadores decian que Vega estaba a 2 kilometros, que quedaba poco. Reanudada la marcha a mi me parecieron muchos mas.
Por fin una hora despues llego al albergue. Son unas antiguas escuelas del pueblo. Me encuentro las aulas de abajo atestadas y las de arriba peor, pero curioseando, doblo una esquina, subo unas escaleras y me encuentro un aula con mas de diez camas, solo con un peregrino, un jubilado madrileño, con un infarto, que se me enrolla de mala manera. Tomo posesion de mi cama, descanso algo, veo el giro y al bajar me encuentro con Emilio, al que subo a mi habitacion y me cuenta que el ha venido por el monte y que ha sido muy duro, que viene reventado. Total que las dos opciones eran malas. Llegan dos brasileños y otra pareja y nadie mas. Asi que dormiremos tranquilos esta noche, sin mucha gente. Yo por si acaso, sigo con mis tapones en los oidos.
Al baja, vemos a los vascos que llevan ya bastante rato aqui. Llegaron antes que nosotros, por lo que nos tenian que haber adelantado a alguno, o bien por la carrtera o por el monte. Si no nos adelantan y llegan antes, ¿vinieron volando? Nuestras sospechas crecen. Estos van en coche. Conocemos a Juan, de Madrid con el que cenaremos esta noche. Era un abogado ligon, muy agradable, simpatico y ademas conocia a un paisano, a Pistolo (¿Juan Cespedes?, del que era muy amigo. Total fue una cena muy agradable, viendo la final de la copa de Europa entre el Bayer de Munich y el Manchester, que gana el Bayer 2-1 con los 2 goles fuera del tiempo y que no vimos pues nos fuimos un poquillo antes. Paseamos por el pueblo. Hay una neblina que le da un aire misterioso y aislado a este pueblo. Es uno de mis lugares preferidos del todo el camino. Un pueblo aislado y perdido entre montañas, pero me fijo y veo en la cuneta un antiguo hito de carreteras y resulta que por aqui pasaba la antigua carretra nacional que iba a Galicia, que soportaba todo el trafico que padeci desde Villafranca. Que distinto seria entonces. Lo que puede hacer una carretera. Tambien, por encima del pueblo pudimos ver un gigantesco viaducto de las nuevas autovias de Galicia, aun en obras y pense, en lo chulo que seria ver el pueblo, el albergue y el castillo de Sarracino, que coronaba el pueblo, desde el viaducto. Lo pense para mi solamente y a la vuelta de Santiago se me cumplio el deseo de una manera sorprendente. Ya lo contare con mas detalle a la vuelta de Santiago.
Hoy han sido 40,2 kilometros de dura etapa. Estoy cansado pero feliz, echamos un trago en la fuente que hay junto al albergue (lo hare un par de veces mas, unos años despues) y a dormir, que mañana nos espera la etapa reina.
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