Salimos del albergue Miguel y yo a las 7,15, mas tarde que nunca y por lo visto mas dormidos. Miguel ha hablado con Resti, y este le ha recomendado que fueramos por carretera para evitar el barro. Total que le hago caso y salimos carretera adelante. Pero yo veia ue ibamos mal. La direccion no era la correcta y efectivamente, 5 kilometros despues, preguntamos en el primer villorrio que encontramos y nos confirman que ibamos mal. 5 kilometros en vano y nos quedaban otros 5 de vuelta. Decido hacer autostop pero la carretera no era la granvia ni mucho menos. Ni un coche en una hora.Vemos un coche que viene de Castrojeriz y lo paramos, le explicamos lo que nos pasa, el hombre nos entiende y da media vuelta y en cinco minutos desandamos los cinco kilometros. El hombre era un albanil que iba a trabajar y se porto estupendamente. Le propuse pagarle y se indigno, en fin el hombre muy bien en su furgon. Yo iba en la parte de atras, sin quitarme ni la mochila y al salir, con las prisas de que el hombre no perdiera mas tiempo me deje el baston de bambu al que tanto queria y al que tanto aprecio le tome y al que no he vuelto a ver. Una lastima.
A las 9 estabamos otra vez en el punto de partida, con el probe Miguel culpabilizandose de la perdida de tiempo y de energias y yo consolandolo y diciendole que la culpa seria de los dos en todo caso. Pero nada, el erre que erre. Y para empezar el alto de Mostelares, una cuesta larga y empinada, que con el barro se hacia peor todavia, aunque eso si, con unas vistas espectaculares. En mitad de la cuesta me doy cuenta de la falta del baston. Imaginaros el cabreo. Ya no tuvo remedio y a partir de ahi fui buscando un palo que lo sustituyera.
Tras descender el alto de Mostelares cruce el rio Orbigo en Puente Fitero y alli, junto al puente me encontre un humilde palo que ya me acompaño el resto del Camino y que todavia conservo. Con el paso de los kilometros nos fuimos amoldando y lo fui haciendo mio.
Hace frio, pero ya no llueve. El piso aunque es camino esta sin barro y avanzo rapido. Me encuentro por primera vez con un brasileño que llevaba un palo gordo. Va muy lento pero siempre llega. El ultimo pero llega a los albergues. Lo dejo atras y sigo a buen paso tragandome los kilometros a una velocidad pasmosa. Estoy cada dia mejor, mas rapido. El camino estupendo va paralelo al Canal de Castilla, otro de los caminos, senderos que hay que hacer una vez en la vida. Lo haria algunos años despues. Veo la esclusas del canal, ya en la entrada de Fromista a donde llego a las 15 horas. Voy al albergue y esta todavia cerrado. Vamos al ayuntamiento y alli nos sellan la credencial y van y nos abren el albergue. Miguel llega a las 17 horas y un poco despues la alemana, con el gallego. Paseamos por el pueblo, compramos pilas para la alemana y algunas provisiones. Vemos detenidamente la iglesia de San Martin, uno de los monumentos que mas me impresionan de España. Lo he visto ya varias veces y siempre me emociona con su sobria belleza. Genial. Y en el callejeo por Fromista, claudico y por fin me compro la vieira de peregrino, la concha de Santiago que me habia resistido a lucir pues consideraba que era una cosa como de turistas y de mal gusto. A partir de ese dia la luci con orgullo y aun la conservo..
En el albergue hay problemas. Esta saturado. Han llegado muchos peregrinos y no hay para todos. Van a ver al alcalde y este le va a abrir un antiguo colegio. Con el va Resti, el de Castrojeriz y al verlo se me ocurre que el albanil le pudo llevar mi palo. Falsa ilusion. Me dice que no, que nadie habia llevado un baston. Lastima. Es la primera vez que vemos un albergue saturado y eso nos afianza en la idea de que hay que llegar de los primeros a los albergues, que hay que madrugar.
Cenamos en el albergue, de botellon y nos retiramos pronto a dormir. Todas las literas ocupadas y sobre ellas los ronquidos de Miguel y del gallego que ya me acompañaran varias etapas y para los que me prestaron unos tapones unos peregrinos mas previsores que yo. Asi que entre los ronquidos, la gente y que hoy he hecho solo 25 kilometros el sueño tarda en aparecer. Hemos hecho menos kilometros porque el siguiente pueblo, Villarcazar de Sirga esta a 13 kilometros, que ya nos pillaba muy lejos. Asi que decidimos descansar un poco. Nos vendra bien.
A las 9 estabamos otra vez en el punto de partida, con el probe Miguel culpabilizandose de la perdida de tiempo y de energias y yo consolandolo y diciendole que la culpa seria de los dos en todo caso. Pero nada, el erre que erre. Y para empezar el alto de Mostelares, una cuesta larga y empinada, que con el barro se hacia peor todavia, aunque eso si, con unas vistas espectaculares. En mitad de la cuesta me doy cuenta de la falta del baston. Imaginaros el cabreo. Ya no tuvo remedio y a partir de ahi fui buscando un palo que lo sustituyera.
Tras descender el alto de Mostelares cruce el rio Orbigo en Puente Fitero y alli, junto al puente me encontre un humilde palo que ya me acompaño el resto del Camino y que todavia conservo. Con el paso de los kilometros nos fuimos amoldando y lo fui haciendo mio.
Hace frio, pero ya no llueve. El piso aunque es camino esta sin barro y avanzo rapido. Me encuentro por primera vez con un brasileño que llevaba un palo gordo. Va muy lento pero siempre llega. El ultimo pero llega a los albergues. Lo dejo atras y sigo a buen paso tragandome los kilometros a una velocidad pasmosa. Estoy cada dia mejor, mas rapido. El camino estupendo va paralelo al Canal de Castilla, otro de los caminos, senderos que hay que hacer una vez en la vida. Lo haria algunos años despues. Veo la esclusas del canal, ya en la entrada de Fromista a donde llego a las 15 horas. Voy al albergue y esta todavia cerrado. Vamos al ayuntamiento y alli nos sellan la credencial y van y nos abren el albergue. Miguel llega a las 17 horas y un poco despues la alemana, con el gallego. Paseamos por el pueblo, compramos pilas para la alemana y algunas provisiones. Vemos detenidamente la iglesia de San Martin, uno de los monumentos que mas me impresionan de España. Lo he visto ya varias veces y siempre me emociona con su sobria belleza. Genial. Y en el callejeo por Fromista, claudico y por fin me compro la vieira de peregrino, la concha de Santiago que me habia resistido a lucir pues consideraba que era una cosa como de turistas y de mal gusto. A partir de ese dia la luci con orgullo y aun la conservo..
En el albergue hay problemas. Esta saturado. Han llegado muchos peregrinos y no hay para todos. Van a ver al alcalde y este le va a abrir un antiguo colegio. Con el va Resti, el de Castrojeriz y al verlo se me ocurre que el albanil le pudo llevar mi palo. Falsa ilusion. Me dice que no, que nadie habia llevado un baston. Lastima. Es la primera vez que vemos un albergue saturado y eso nos afianza en la idea de que hay que llegar de los primeros a los albergues, que hay que madrugar.
Cenamos en el albergue, de botellon y nos retiramos pronto a dormir. Todas las literas ocupadas y sobre ellas los ronquidos de Miguel y del gallego que ya me acompañaran varias etapas y para los que me prestaron unos tapones unos peregrinos mas previsores que yo. Asi que entre los ronquidos, la gente y que hoy he hecho solo 25 kilometros el sueño tarda en aparecer. Hemos hecho menos kilometros porque el siguiente pueblo, Villarcazar de Sirga esta a 13 kilometros, que ya nos pillaba muy lejos. Asi que decidimos descansar un poco. Nos vendra bien.
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